Por: Valeria Esteban, Comunicadora Social - Periodista
Cuando hablamos de la pornografía, podemos pensar que estamos ante un tema tabú que solamente lo tocan aquellos que son adictos al sexo, o a las parejas que a escondidas se han vuelto seguidores de este tipo de aventuras para satisfacerse y por qué no, los padres de familia que han encontrado a sus hijos menores de edad visitando páginas web de este calibre.
La realidad, es que aunque no lo sepamos y no creamos, hasta nosotros quienes no hemos participado nunca de este tipo de ¨actividades¨ podemos llegar a estar involucrados y nuestras imágenes no muy pudorosas, pueden estar rodando en internet. Aunque este tipo de casos se remontan más específicamente a países asiáticos, donde la tecnología va a toda velocidad, desarrollando cámaras de excelente calidad al tamaño mínimo, la vedad es que la técnica conocida como ¨MOLKA¨ crece como espuma en otros países y ha involucrado cada vez más a personas que inocentemente quedan marcadas para siempre.
La práctica de ¨Molka¨ conocida así por un programa televisivo en el que se usaban filmadoras ocultas en Corea del Sur, es llevada a cabo usualmente en baños y transporte público, al igual que en vestieres de grandes almacenes, utilizando cámaras espía, las cuales son muy difíciles de detectar a simple vista por su dimensión, siendo además muy fáciles de instalar y desinstalar, para aquella mafia que se dedica a convertir nuestra cotidianidad en un tema de economía sucia e informal, a costa de violar la intimidad específicamente de aquellos que diariamente se desplazan, van a centros comerciales, restaurantes y negocios de ropa.
¿Dónde queda la moral, cuando se pasa la raya y sin nuestra autorización somos utilizados para lograr fines de lucro de aquellos pervertidos que se burlan y simplemente vuelven comercial algo que debe ser tan nuestro?, ¿por qué se promueve la prostitución con gente inocente que no tiene ni idea que su imagen está siendo utilizada para fines netamente económicos?.
El internet y la tecnología, una vez más sigue dando de qué hablar, no solo por las APPS que salen continuamente, o por el gran movimiento de noticias falsas que se registran y se replican diariamente como pasos de animal gigante, sino también porque nos hace vulnerables ante una sociedad que cada vez empieza a consumir sexo a más temprana edad.
¿Dónde están las autoridades encargadas de cuidar la calidad del material que se sube diariamente a internet y que parece solo comunicar la facilidad de violar la intimidad y el buen nombre de los castos que no venden por nada del mundo su moral? ¿Cuáles son las sanciones para minimizar el impacto? Según la agencia AFP, en Corea del Sur, los casos denunciados por este motivo han aumentado de 1 a 6 en los últimos años, tanto que la policía parece estar dedicada únicamente a atender este tipo de asuntos. Las víctimas se han unido para crear una fundación y lograr que el Gobierno destine un dinero importante en la revisión de cámaras en los sitios vulnerables, pues el impacto en las mujeres es tan alto, que algunas quieren cambiar de identidad pintando o cortando su cabello, utilizando gafas oscuras y hasta renunciando a sus empleos con tal de no ser reconocidas.
Afortunadamente en Colombia, aún no se conocen este tipo de casos ¨Molka¨, pero de seguro no faltará quién ya se las esté ingeniando para enviar ¨material latino¨ al resto del mundo. Por eso, cuando vaya a utilizar algún baño o vestiere, esté en el país que esté, sea hombre o sea mujer, no se le olvide de ¨echar un ojito¨ especialmente en agujeros que parecen imperceptibles, el sanitario y hasta los espejos, no vaya a ser que usted esté siendo víctima de un Cyber ataque sexual y al final del camino resulte siendo la súper estrella porno que nunca pidió ser.