Por: Lorena Aristizabal, Psicóloga
Por medio del cambio acelerado en el tiempo, las niñas reciben desde muy pequeñas el mensaje de que lo más importante es “cómo se ven” y que su “valor” depende de ello; estos mensajes trasmitidos por los medios de comunicación como: la publicidad en pautas comerciales, revistas y películas, han hecho que la mujer crea que debe ser valorada por su imagen y cuerpo y no por su inteligencia. Incluso grandes marcas han utilizado el cuerpo de la mujer en anuncios publicitarios como una gran oportunidad de venta al perpetuar la idea de negocio a través de erotismos publicitarios.
Estos estereotipos de belleza han creado un concepto de mujer “ideal” y al mismo tiempo cómo debería verse para llegar a ser perfecta, ocasionando desequilibro emocional y nutricional; llevando al género femenino a tener distorsión en la imagen corporal y utilizando métodos que ocasionan la muerte o programas como Photoshop que realizan la edición de fotos donde les permite generar una expectativa fuera de su realidad.
Tristemente todas estas imágenes van moldeando nuestra cultura y valores. Nos enfrentamos en una constante pelea frente al espejo donde aparecen frases como “Uy, hoy estoy horrible”, “Hoy me siento gorda” y sin que eso fuera poco, entre nosotras mismas, aparecen comentarios negativos y juicos de valor que afectan las emociones y, al instante, se genera el deseo de tener otro cuerpo y luchar para que éste sea perfecto.
Este fenómeno nos desenfoca realmente de lo más importante, porque nos hace gastar energías y minimiza nuestro potencial. Es importante que estos modelos de conducta no se sigan perpetuando en la sociedad, ya que detonan una baja autoestima, problemas de seguridad, una imagen corporal desfavorable, y poco empoderamiento y liderazgo.
La perfección que los medios de comunicación y las campaña publicitarias han intentado instaurarse actualmente nos ha llevado a creer en una utopía, haciendo creer que algo anda mal con el cuerpo, cuando en realidad el día a día nos muestra que este tiene cicatrices, estrías, rollitos y celulitis, que sin lugar a duda hacen parte de nuestra existencia y el recorrido que hemos tenido a lo largo de la vida. Es importante entender que “La forma de nuestro cuerpo no nos define como personas”, por lo tanto el criterio debe primar a la hora de recibir el bombardeo mediático de una imagen perfecta.
Actualmente, se está en una búsqueda constante de mujeres que se sientan seguras y hermosas cuidándose día a día; dado que no podemos negar que “nuestro cuerpo, es el único lugar para vivir y si no lo cuidamos ¿Quién cuidará de él?”.
Diferentes campañas buscan resaltar y potencializar cada una de las habilidades y fortalezas de cada mujer permitiendo un encuentro y un gran sentido en lo que se hace en el día a día, esta frase “sin culpa por favor” impulsa y busca que más allá de tener un cuerpo perfecto, se logre crear, tener conciencia y amor por sí mismo, logrando hacerlo de diferentes maneras como: comer de manera que alimente a nuestro cuerpo; la realización de actividad física que te haga entender que quieres sentirte vivo; realizar actividades que te den felicidad, ya que haces lo que más te apasiona; estipular salidas con tus amig@s, comer sin remordimientos ni culpas, realizar actividades donde sientas que vale la pena cuidarte por amor mas no por obligación y recibir información de medios de comunicación responsables, así como seguir cuentas con este mismo criterio en las redes sociales.
Buscar hábitos de vida saludable permite lograr un bienestar, es vivir en paz y tranquilidad con nosotros mismos, con los otros y el mundo además que forma que los medios de comunicación generen reflexiones acerca de los estereotipos que aún se evidencian.