Por: Javier Mojica, Comunicador Social y Periodista
La semana pasada, el hombre más rico del mundo según el medio de comunicación Portafolio, en un artículo publicado el 7 de abril del presente año, adquirió por una suma de 44 mil millones de dólares la red social Twitter. Después de 16 años y varios intentos por hacerse con una de las empresas más famosas de Sillicon Valley, el magnate logó un acuerdo con los fundadores Jack Dorsey, Noah Glass, Biz Stone y Evan Williams.
Twitter cuenta con un promedio de 300 millones de usuarios y la cuenta Musk es una de las más seguidas con de 90 millones de seguidores, entre otras, debido a los comentarios polémicos del creador de Pay Pal – compañía de pagos electrónicos, vendida a eBay por 1,5 billones de dólares-. La red social adquirida recientemente no había tenido un buen desempeño económico en los últimos años, de hecho, la idea de Elon, según indico en una charla TED, no es ganar dinero sino ampliar el espectro de la "libertad de expresión".
Por esto último, se teme o se piensa, que Twitter va a ser una plataforma donde las opiniones no van a tener un control, como venía funcionando los últimos años, desde que los reguladores en Estados Unidos y Europa, principalmente, se alinearon para controlar a las grandes tecnológicas y que tuvieran responsabilidad sobre los contenidos que ahí se publicaban. Uno de los casos más sonados, por estos controles, fue el de Donald Trump, al cual expulsaron de la red social por fomentar fakenews, según la empresa. Es muy posible que el expresidente vuelva a esta red, teniendo en cuenta que no ha tenido mucho éxito con la plataforma que el mismo creó.
También se ha sabido que muchos de los empleados no están de acuerdo con esta movida. La agencia de noticias Reuters publicó apartes de la última junta que realizó con el CEO Parag Agrawal, y muchos de los empleados tenían fuertes reservas acerca del cambio de dueño. Su principal preocupación es el despido de muchos de ellos por temas económicos y el modelo de negocio que primaría próximamente en la empresa estadounidense.
Otro suceso que provocó la última jugada de Elon Musk fue la pérdida de valor de otra de sus compañías: Tesla. La productora de carros eléctricos ha perdido una considerable cantidad de dinero desde que empezaron los rumores de la compra de Twitter por parte del poderoso personaje. Elon ha vendido parte de sus acciones de Tesla para comprar esta empresa que no ha generado mucho dinero como sus pares de Silicon Valley, lo que no ve con muy bueno ojos Wall Street.
Ahora todo el mundo se pregunta las verdaderas razones por las que Musk haya hecho esta compra en estos momentos. Muchos suponen que con sus tuits quiere incentivar otras inversiones suyas como en cryptomonedas o atacar a sus más feroces contrincantes. Según él, Twitter es: "la plaza pública digital donde se debaten los temas vitales para el futuro de la humanidad", y lo único que quiere es darle voz y mayor libertad de expresión a los usuarios de esta plataforma.
