OPTIMUS: UN ROBOT CON MULETAS

OPTIMUS: UN ROBOT CON MULETAS

Por: Juan Pablo Pérez, Comunicador Social y Periodista

A medida que la tecnología avanza a pasos agigantados, la ciencia ficción se convierte en realidad. Los robots creados por Elon Musk son un claro ejemplo de esto, una maravilla tecnológica que tiene como objetivo revolucionar varias industrias pero que también ha estremecido a muchas personas. Sin embargo, aunque sean impresionantes, estos robots nunca podrán superar la inteligencia humana.

Los dispositivos robóticos de Elon Musk tienen la capacidad de generar una revolución en la industria. Según Sam Altman, CEO de OpenAI, su enfoque en la inteligencia artificial y la robótica es innovador y promete grandes avances en el futuro.

En ese orden de ideas, es importante mencionar un detalle importante que recientemente salió a la luz: los humanos acompañaron a los robots Optimus durante su presentación en el evento Robotaxi. Los robots completamente autónomos aún no son realidad, según esta revelación, que fue confirmada por Bloomberg News y por ellos mismos cuando se les preguntó directamente.

El propio Musk ha manifestado cuidado: "La dificultad de los robots radica en que carecen de sentimientos o conciencia". Si no podemos controlar su desarrollo, podrían ser más dañinos que beneficiosos.

La comunicación humana no se basa únicamente en la transmisión de datos, sino en un intercambio rico y complejo de emociones, experiencias y contexto cultural. De igual forma, los humanos interpretamos matices, leemos entre líneas, y somos capaces de empatía y juicio ético. Estas son cualidades que no se pueden codificar en un algoritmo.

El multimillonario estadounidense ha afirmado repetidamente que sus robots están diseñados para mejorar la vida humana, no para reemplazarla. Esta diferenciación es crucial. Por lo tanto, los robots, eventualmente, podrán ayudar a realizar tareas peligrosas o tediosas, permitiendo a los humanos concentrarse en actividades más creativas y gratificantes. Sin embargo, pensar que estos autómatas pueden, algún día, tomar decisiones morales o emocionales como lo hacemos nosotros es, cuanto menos, una exageración.

De hecho, la capacidad humana para el raciocinio incluye no solo lógica y análisis, sino también intuición, imaginación y sabiduría adquirida a través de experiencias personales. Es este conjunto de habilidades el que hace que nuestras decisiones sean únicas y a menudo impredecibles. Los robots, con toda su inteligencia artificial, carecen de la capacidad de sufrir, aprender de sus errores o experimentar alegría y tristeza.

En cuanto al periodismo, la inteligencia artificial está transformando este oficio de varias maneras: las herramientas de IA pueden generar artículos rápidamente, analizar grandes volúmenes de datos, personalizar contenido, verificar hechos y automatizar tareas rutinarias. No obstante, es importante que los periodistas mantengan sus habilidades críticas y de pensamiento analítico, ya que la creatividad y la capacidad de interpretar y contextualizar la información son aspectos que la IA aún no puede replicar completamente.

Entonces, los robots de Elon Musk representan un avance monumental en la tecnología, pero siguen siendo herramientas creadas por humanos, para humanos y con asistencia de nosotros, por el momento. A medida que continuamos desarrollando y perfeccionando estas máquinas, debemos recordar siempre la esencia de lo que nos hace humanos: nuestra capacidad de razonar, sentir y crear. Es este raciocinio humano el que nunca podrá ser replicado por ninguna máquina, por avanzada que sea.

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