ADICTOS A “SAN GOOGLE”

ADICTOS A “SAN GOOGLE”

Por: Valeria Esteban, Comunicadora Social - Periodista

¿Se ha fijado que Internet cambió nuestros hábitos de consumo de información? ¿Que la pereza de leer nos ha llevado cada vez más a la inmediatez, a aquello que nos ofrece las respuestas ya, sin darle mucha vuelta? Es allí donde entra “San Google”, denominado así popularmente porque se volvió el santo que “todo lo sabe” y al que los cibernautas acudimos constantemente como si fuera una adicción, estimulados pero nunca satisfechos.

Desde 1997 el buscador de Google se convirtió en parte de nuestro día a día, para que gente del mundo entero pudiera tener acceso a información general, productos, servicios y creaciones de una manera rápida, cambiando incluso la vida de muchas personas.

Posteriormente, el gigante Google  también creó su propio correo electrónico, el almacenamiento de datos (Drive), los mapas virtuales (Google Maps), analítica web (Analytics) y hasta Youtube con sus famosos videos, programas y tutoriales que han puesto de moda, incluso a muchas personas en el mundo entero.

Google no tiene discriminación, está hecho para gente de todas las edades, sexo, religiones, culturas y creencias, ya que no escatima en colocar información de interés digerible y fácil de entender. Es por eso que se volvió santo de nuestra devoción y el más popular. Incluso, cuando usted quiere tener información de alguien que no conoce y busca antecedentes buenos o malos acude a “googlearlo” para hacerse una idea de quién es el personaje al que se debe enfrentar.

Pero no todo es color de rosa para el buscador Google, pues sus detractores lo acusan de irresponsable al incluir información no verificada y que hace que cualquier persona crea en absolutamente todo lo que lee o ve a través de sus videos. Por ejemplo, aquellos que buscan dietas, por no pagar un nutricionista, se deja llevar por lo que han escrito o han subido personas a las que les ha funcionado X o Y, pero les falta aclarar que no todos los organismos son iguales y que seguramente esa dieta puede que le funcione o no y que siempre es mejor visitar primero a su médico de confianza. O los galenos que se quejan porque sus pacientes al recibir sus resultados de laboratorio se van a “San Google”, para saber qué es lo que tienen y hasta auto medicarse si es el caso.

Es importante saber discernir acerca de toda la información que recibimos a diario, sobre todo aquella que llega a través de los medios digitales y como dice la sabiduría popular “no tragar entero”  y aunque nos encante pasar tiempo en Google por estímulo, averiguando de esto o de aquello, pues está confirmado que más del 50 por ciento de la información es falsa, ya que la inmediatez no le permite el tiempo de investigación que otros medios tradicionales si poseen.

Y para terminar, sabiendo que muchos utilizan el buscador casi a diario, les cuento que la dopamina o nivel de excitación que siente nuestro cerebro es el que hace que queramos estar cada vez más horas en Internet; creamos tanta dependencia que nos volvemos adictos a la información, una búsqueda lleva a otra. ¿Sin embargo, se imagina por un instante, qué pasaría si Google  se cayera por un día?

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